Odiamos la historia
Si comparamos la innovación llevada a cabo en las distintas etapas educativas, podemos observar que la Educación Infantil es la única etapa donde se han generalizado métodos y estrategias innovadores (rincones, talleres, método de proyectos, etc.). Sin embargo, aún son muy exiguas las experiencias con contenidos de ciencias sociales, y menor aún la investigación sobre los mismos.
¿Por qué?
Las posibles causas podrían resurmirse en tres factores:
a) los académicos (la aplicación restrictiva de algunos postulados del modelo piagetiano en la enseñanza de la historia en los primeros niveles educativos).
b) los institucionales (la escasa incorporación de contenidos históricos en el currículo de los primeros ciclos de Primaria).
c) los derivados de la propia actuación docente (déficits formativos y dudas e incertidumbres ante la inclusión del tratamiento del conocimiento histórico en las programaciones de aula).
Historia y ciudadanía.
El conocimiento y la comprensión históricos no pueden desligarse y deben estar centrados en la formación de la ciudadanía. En la actualidad, la historia que aprende el alumnado no le sirve para situarse y comprender el mundo, no lo forma como ciudadano ni le ayuda a componer sus señas de identidad
¿Solución?
Hay que continuar la investigación sobre la formación inicial del profesorado de Primaria y ampliarla al profesorado de Infantil y Secundaria.
Cambiar la imagen que se tiene de las Ciencias Sociales como una asignatura que se aprende memorizando.
Innovar e investigar suponen aprender cómo hacer algo nuevo: sin formación no puede existir investigación e innovación. Además, hay que potenciar aquellos modelos de formación permanente que se basan en un análisis de la práctica docente. Por tanto, hay que unir formación, investigación, innovación y práctica educativa.
¿Qué es una buena clase de Historia?
Las estrategias de enseñanza más positivas y “efectivas” intentan desarrollar de forma coherente pocos temas, potenciar las habilidades de pensamiento de los estudiantes dedicando tiempo suficiente para explorar las ideas previas, depender menos del libro de texto y más de las fuentes primarias y de materiales elaborados por el profesorado, preguntar al alumnado y que justifique y argumente sus respuestas, llevar a cabo discusiones en grupo, etc.
Bibliografía
Martínez, P. M. (2009). La didáctica de la historia en España: retos para una educación de la ciudadanía. In L'educazione alla cittadinanza europea e la formazione degli insegnanti. Un progetto educativo per la" Strategia di Lisbona": atti XX Simposio Internacional de Didáctica de las Ciencias Sociales: I Convegno Internazionale Italo-Spagnolo di Didattica delle Scienze Sociali, Bologna, 31 marzo-3 aprile 2009 (pp. 259-270). Pàtron.
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